Dirigir es gestionar las diferencias entre los profesionales, y aprovechar la diversidad de puntos de vista para que aparezca la creatividad y la innovación. Las diferencias mal gestionadas, los intereses contrapuestos, las posiciones enfrentadas hacen la realidad del equipo más difícil y en muchas ocasiones impide que se alcance el resultado. Estas situaciones de desencuentro profesional, y muchas veces personal, requiere de la asistencia de líderes que sepan gestionar la diversidad y el conflicto, entiendan las dinámicas de los grupos y sepan encauzar la energía para alcanzar los objetivos y restaurar las relaciones.